domingo, 23 de enero de 2011

 
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El cambio climático podría desencadenar un nuevo Periodo de Migración

www.roman-empire-america-now.com


Traducido para Rebelión por César Suárez Noriega

El cambio climático global es real. Durante los próximos años puede llegar a ser terrorífico, porque la gente parece ser “demasiado estúpida para vivir”, como solía decir un conocido del sur. Los que niegan el fenómeno han hecho escarnio de unos correos electrónicos entre unos científicos pero, independientemente de su sustancia (no mucha), ¿para qué, en buena lógica, conspirarían los científicos de todo el mundo para falsificar datos y conclusiones?
¿Dónde está el dinero? Con los que niegan el cambio climático, no con los proponentes. Los negacionistas también tienen una atención de los medios de comunicación desproporcionada para su número -a causa del dinero. Los negacionistas en Estados Unidos son una minoría ruidosa bien financiada, y es absolutamente obvio dónde recaen sus intereses: están financiadas, o les gustaría estarlo, por empresas como Exxon-Mobil. Ahí es donde está el dinero.
Es también significativo que solo en Estados Unidos, donde los medios corporativos dominan el diálogo, los negacionistas han obtenido un apoyo masivo.
¿Cuáles son los obvios intereses de los científicos, la gran mayoría, para estar de acuerdo en que un cambio climático provocado por el hombre supone una crisis que debe ser tratada? Los gobiernos pueden pagar a algunos; las fundaciones y las instituciones académicas pagan a la mayoría. ¿Tienen esas instituciones un interés obvio para apoyar la ciencia del cambio climático?
Quizá sí: se llama supervivencia a largo plazo. ¿Puede haber alguna razón más? La derecha estadounidense sostiene la conspiración de gobiernos de todo el mundo que quieren controlar a los ciudadanos norteamericanos. Eso es difícil de cuadrar con los hechos: algunos de los gobiernos más autoritarios, como China y Rusia, son reacios y actúan tarde contra el calentamiento global. Las democracias europeas, por otro lado, están más claramente a favor.
Quizá los proponentes son solo ideólogos anticapitalistas. No creo que se pueda definir a la mayoría de Europa y Japón como anticapitalista.
Quizá los ideólogos capitalistas, como los conservadores republicanos en Estados Unidos, están contra el cambio climático porque pueden prever el lógico movimiento en contra del crecimiento incontrolado que puede derivarse de él. Pero ellos también son los que tienen intereses obvios que defender.
Desafortunadamente, parece que esa gente es la que dirige el mundo -no los líderes, la gente que pone dinero tras ellos. Controlan la suficiente cantidad de medios de comunicación en un país, los Estados Unidos, y son eficaces difundiendo noticias casi falsas pero que suenan convincentes. Déjalos que duden sobre los efectos destructivos del cambio climático unos años más, mientras ellos obtienen un par de cientos de millones más de beneficios.
¿Le importa a esa gente? ¿Realmente creen que esos científicos de todo el mundo van a por sus tan duramente ganados millones? ¿Por qué iban a hacerlo?
De repente, los negacionistas descubren correos electrónicos entre científicos en los que se muestran en desacuerdo sobre unos datos, ¡y los toman como prueba de que la preocupación sobre las causas humanas de este problema global es un engaño! Los científicos discuten sobre datos y su significado todo el tiempo; no están discutiendo sobre la tesis general: los cambios globales son reales, causados por la actividad humana, y podrían llegar a ser terroríficos si no son minimizados por la acción colectiva.
Sin embargo, a causa de los esfuerzos mediáticos de los negacionistas, aún más gente en Estados Unidos dice cosas como, “Bueno…, quizá está aún en manos de los tribunales. Quizá esos científicos estaban exagerando los números. Quizá debemos seguir simplemente quemando petróleo hasta que estemos seguros. Además, ¡yo tengo bastante con mis problemas económicos! El calentamiento global es la menor de mis preocupaciones.”
El cambio de opinión en Estados Unidos es crítico, ya que era el país más contaminador, sigue estando en segundo lugar, y es, de lejos, el número uno en contaminación per cápita: si Obama no tiene el apoyo político para ofrecer propuestas significativas para afrontar el cambio climático, no será posible ningún acuerdo en Copenhague ni después.
Así que puede que no haya ni siquiera un acuerdo general en Copenhague. Entonces el cambio climático se acelerará. Los países del norte serán más cálidos y algunas partes más secas, otras más húmedas; también perderán parte de su litoral, pero lo más importante es que tendrán un clima más extremo; no llegarán a ser inhabitables; de hecho, algunas partes de Canadá y Rusia probablemente sean más habitables. Irónicamente, los países del sur, que hasta hace poco (China e India solo en la última década) no eran grandes causantes del calentamiento global, serán demasiado cálidos y secos para mantener a sus ya diezmadas poblaciones. Unas pocas naciones podrían desaparecer en gran medida bajo los mares crecientes.
Habrá hambrunas. También habrá migraciones masivas. Para los historiadores que conocen la caída del Imperio Romano, estos acontecimientos pueden empezar a sonar como un eco inquietante. El Imperio Romano cayó en parte por su propio peso, pero también en parte por las migraciones masivas de hordas de tribus germánicas desesperadas huyendo del hambre y de los Hunos de las estepas de Asia Central y Europa del Este. El movimiento de población fue denominado Periodo de Migración.
Esta vez, la migración irá -y ya está yendo--del sur hacia el norte.
Si este mundo no hace nada contra el cambio climático, la migración existente parecerá pequeña comparada con la oleada que podría seguir y la consiguiente miseria y rotura social que conllevaría. Las caras serán morenas y negras, pero cuando ocurrió lo mismo con las caras blancas (las tribus germánicas), el mundo entero, tal y como se conocía, sucumbió. Las vallas no detendrán migraciones como éstas, ni tampoco la policía ni los ejércitos. La gente encontrará el modo -a no ser que no tengan que hacerlo, a no ser que el mundo despierte y haga algo razonable respecto al cambio climático antes de que sea demasiado tarde.

http://www.roman-empire-america-now.com/climate-change.html.

miércoles, 19 de enero de 2011

BRASIL - Naturaleza - Comunicado - Fotos:friki.net

 
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Brasil: Al menos 207 personas continúan desaparecidas y 727 han muerto por las inundaciones
miércoles 19 de enero, 5:38 PM

Al menos 207 personas siguen desaparecidas y 727 personas han muerto después de las peores inundaciones que ha sufrido el estado brasileño de Río de Janeiro en décadas, según confirmaron este miércoles las autoridades del país.

La lista de desaparecidos entregada por la oficina del fiscal del estado de Río de Janeiro --la primera estimación oficial del número de desaparecidos desde la catástrofe de la semana pasada-- sugiere que la cifra total de muertos podría acercarse a los 1.000.

Funcionarios locales de Teresópolis y Nova Friburgo, las ciudades más afectadas, estimaron que al menos 300 personas siguen desaparecidas. Se supone que muchas de ellas estarían enterradas por las avalanchas de lodo y agua que destruyeron cientos de casas.

"Hay familias que resultaron tan afectadas que no quedó nadie para confirmar quién está desaparecido", dijo Roberto Botto, portavoz de la Agencia de la Defensa Civil en Nova Friburgo, donde murieron al menos 345 personas.

La cifra de fallecidos ha ido en aumento cada día a medida que los equipos de rescate han ido llegando a las zonas aisladas y recuperando más cadáveres de los escombros de barrios que fueron prácticamente arrasados por los deslizamientos y las inundaciones.

Helicópteros del Ejército se han desplazado hasta áreas remotas para recoger supervivientes y ayudarlos a recuperar cuerpos desde sus casas en ruinas. Se cree que cientos de personas aún están en áreas propensas a sufrir nuevos deslizamientos.

Algunos de ellos están aislados por carreteras y puentes destruidos, mientras que otros se niegan a abandonar sus casas por miedo a que sean asaltadas.

Según las autoridades, las inundaciones y los deslizamientos golpearon con tanta fuerza que la geografía de la región ha sufrido un profundo cambio.

"Los arroyos se han convertido en ríos profundos y anchos. Hay un gran cambio geográfico; es como si las ciudades hubieran sido completamente refundadas", dijo Ícaro Moreno, presidente de EMOP, una compañía de obras públicas del Gobierno. "La gente en esas áreas montañosas no está tan segura como creía", agregó.

El Gobierno federal prometió esta semana que establecerá un sistema nacional de alerta temprana para dar aviso a las comunidades sobre peligros naturales e inminentes.
El costo de no escuchar a la naturaleza
Leonardo Boff

ALAI AMLATINA, 17/01/2011.- Un cataclismo ambiental, social y humano se ha abatido en la segunda semana de enero sobre las tres ciudades serranas del Estado de Río de Janeiro, Petrópolis, Teresópolis y Nueva Friburgo, con cientos de muertos, destrucción de regiones enteras y un inconmensurable sufrimiento de quienes perdieron familiares, casas y todos sus haberes. Sus causas más inmediatas han sido las lluvias torrenciales propias del verano, y la configuración geofísica de las montañas, con poca capa de suelo sobre el cual crece una exuberante floresta subtropical, asentada sobre inmensas rocas lisas, que a causa de la infiltración de las aguas y el peso de la vegetación provocan frecuentemente deslizamientos fatales.

Se culpa a las personas que ocuparon las áreas de riesgo, se incrimina a los políticos corruptos que distribuyeron terrenos peligrosos a la gente pobre, se critica al poder público que se mostró indolente y no hizo obras de prevención por no ser visibles y no atraer votos. En todo esto hay mucha verdad, pero la causa principal de esta tragedia avasalladora no reside en eso.

La causa principal deriva del modo como solemos tratar a la naturaleza. Ella es generosa con nosotros, pues nos ofrece todo lo que necesitamos para vivir, pero en contrapartida la consideramos como si fuera un objeto del que podemos disponer a capricho, sin sentido de responsabilidad por su preservación y sin que le demos retribución alguna. Al contrario, la tratamos con violencia, la depredamos, arrancando todo lo que podemos de ella para nuestro beneficio. Y encima la convertimos en un inmenso basurero de nuestros desechos.

Todavía peor aun: no conocemos su naturaleza ni su historia. Somos analfabetos e ignorantes de la historia que se realizó en nuestros lugares a lo largo de millares y millares de años. No nos preocupamos de conocer su flora ni su fauna, las montañas, los ríos, los paisajes, las personas significativas que vivieron ahí, artistas, poetas, gobernantes, sabios y constructores.

Somos en gran parte todavía deudores del espíritu científico moderno que identifica la realidad con sus aspectos meramente materiales y mecanicistas sin incluir en ella la vida, la conciencia y la comunión íntima con las cosas que los poetas, músicos y artistas nos evocan en sus magníficas obras. El universo y la naturaleza tienen una historia que está siendo contada por las estrellas, por la Tierra, por la afloración y la elevación de las montañas, por los animales, por los bosques y selvas, y por los ríos. Nuestra tarea es saber escuchar e interpretar los mensajes que nos mandan. Los pueblos originarios sabían captar cada movimiento de las nubes, el sentido de los vientos, y sabían cuando venían o no trombas de agua. Chico Mendes con quien participé en largos recorridos por la selva amazónica de Acre sabía interpretar cada ruido de la selva, leer las señales del paso de la onza en las hojas del suelo, y con el oído pegado a la tierra conocer la dirección que llevaba la manada de peligrosos cerdos salvajes. Nosotros hemos olvidado todo eso. Con el recurso de las ciencias leemos la historia inscrita en las capas de cada ser, pero este conocimiento no ha entrado en los currículos escolares ni se ha transformado en cultura general. Antes bien, se ha vuelto técnica para dominar la naturaleza y acumular.

En el caso de nuestras ciudades serranas es natural que haya lluvias torrenciales en el verano. Siempre pueden ocurrir desmoronamientos de las laderas. Sabemos que ya se ha instalado el calentamiento global que hace estos sucesos más frecuentes y más intensos. Conocemos los valles profundos y los riachuelos que corren por allí. Pero no escuchamos el mensaje que nos envían, que es no construir casas en las laderas, no vivir cerca del río, y preservar celosamente la vegetación de las riberas. El río tiene dos lechos: uno normal, menor, por el cual fluyen las aguas corrientes y otro mayor por donde se vacían las grandes aguas de las lluvias torrenciales. En esta parte no se puede construir ni vivir.

Estamos pagando un alto precio por nuestro descuido y por la destrucción de la Mata Atlántica que equilibraba el régimen de lluvias. Lo que se impone ahora es escuchar a la naturaleza y hacer obras preventivas que respeten el modo de ser de cada ladera, de cada valle y de cada río.

Sólo controlamos la naturaleza en la medida en que la obedecemos, sabemos escuchar sus mensajes y leer sus señales. En caso contrario tendremos que contar con tragedias fatales evitables.

Leonardo Boff es Teólogo y filósofo
Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=418

En nuestra ciudad, a la vista: fuertes tormentas con saldos importantes de pájaros muertos, inundaciones, cientos de peces muertos por contaminación..

 
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Hola linda gente:
¡¡ Tanto tiempo !!
Extrañaba esto de estar frente al teclado escribiéndonos.
Varias veces he comentado esta necesidad periódica de detenerme un poco a mirar el camino con cierta objetividad, son muchas las cosas que pasan y es mucha también la velocidad con que suceden. Así que he dedicado un tiempo a mi gente, a los amigos, a las charlas compartidas y a las risas espontáneas hasta lagrimear que tanto bien hacen al alma. Así, nuevamente con la energía suficiente, para continuar con esta tarea de contar, me reincorporo.
Han sucedido en el medio de corta ausencia, algunas rarezas a las que si bien nunca me acostumbro, tampoco por estos tiempos, me desesperan o me preocupan, como antes.
Este blog debe ser uno de los pocos que en lugar de aumentar la cantidad de visitantes, de un día para otro la disminuye en cientos, parece que estábamos creciendo muy bien y ciertos "retoquecitos" de manos anónimas se hicieron indispensables. Ser una asambleísta ambiental, una nueva "hippie" defensora de la tierra, sabemos, trae sus inconvenientes. De todas maneras, como dije, estos detalles pasan a formar parte del paisaje, así como el cambiar las claves cada tanto, como cerrar cartelitos que nos avisan que han entrado a nuestro correo desde otro dispositivo, o cuestiones por el estilo. La libertad de expresión es un lujo que muchos podemos darnos hasta por ahí nomás. No se entiende desde los lugares de poder, que en realidad el escribir, filmar, fotografiar, grabar, pintar o cualquier otro tipo de expresión que nos permita decir lo que queremos, es solamente la proyección de las ideas más arraigadas y profundas que tenemos como seres humanos y que necesitamos plasmar.
Proveniente de una familia de cantidad de docentes por vocación y por generaciones, escuché muchísimas veces la tan mentada frase "las ideas no se matan", y su adaptación más educada "necios, las ideas no se matan"...pero en privado...en casa...conocíamos muy bien la versión original, "estúpidos, las ideas no se matan".
A esa frase agregué hace algún tiempo otra que dice, "El hecho de pretender esconder la verdad, no hace que ésta desaparezca".
Digo desde aquí, que la naturaleza se está expresando por sí misma, que los cambios de paradigma que se necesitan en relación al medio ambiente son urgentes. Estamos transitando tiempos de transmutación (si no saben lo que quiere decir, les aconsejo recurrir a un librito muy interesante que se llama diccionario). Puedo callarme, dejar de escribir. Pueden hacerlo todos los que están hablando del tema, luchando desde diferentes lugares y de diversas maneras, eso no hará que la naturaleza deje de manifestarse, mostrándonos un camino muy simple, cambiar o perecer...lo demás, son meros detalles.
Un gusto el regreso.
Poli