miércoles, 13 de mayo de 2009

ELECCIONES



TIEMPO DE ELECCIONES

En realidad y apelando a un juego de palabras, todos los días, cada minuto es un
tiempo de elecciones, pero solemos llamar con ese nombre al período previo e las
elecciones obligatorias que para renovar mandatos en los diferentes estamentos
gubernamentales se realizan, tiempo dedicado por candidatos de los diferentes par-
tidos políticos que se presentan a la contienda, para dar a conocer sus propuestas.
Mirando aquí y allá, es como que se puede recuperar la esperanza, no por las pro -
puestas que si no inexistentes andan en eso, tampoco por los candidatos que son los
mismos funcionarios que se desenvuelven en la actualidad en distintos cargos y que
ahora se postulan para otros, sino por la gente, por los argentinos y las opiniones
que dan a conocer en la calle.
Casi una constante el descreimiento hacia los políticos en general, cuando no, la
total indiferencia hacia los futuros comicios, como si ellos no fueran a cambiar
nada en absoluto, el descontento, y el no callarse más la boca.
Tiempo de elecciones, decía más arriba, porque si lo que se percibe en el aire se
concreta en las urnas, entonces tendremos la realidad y el coraje de los argentinos
por cambiar de una vez esto de hacerse cargo de la responsabilidad que cada uno
tiene en ese cuarto que por suerte está iluminado y donde se pueden ver bien las
distintas boletas y sus respectivos candidatos. Ojalá no gane el voto en blanco, co
mo en otras oportunidades, voto de no hacerse cargo y largarle el fardo a otros, se
ría un placer ver a todos los argentinos que estan en condiciones de votar, en to- dos los actos de todos los partidos posibles, escuchando, anotando, descartando y
finalmente seleccionando. Nuestra calidad de vida, nuestra dignidad como personas,
nuestro futuro y el de los que amamos dependen del que aceptemos de una vez que en
ese cuarto oscuro estamos solamente nosotros mismos y nuestra conciencia, ser res-
ponsables y asumir el enorme compromiso de decidir, es la gran elección.
Y los mejores candidatos somos cada uno de nosotros.

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