Coherencia

Y habrá que aceptarlo nomás, los meses de verano se fueron y estamos a un día de la
declaración formal del otoño.
El segundo número de CUATRO GATOS LOCOS del lado de la naturaleza, se ha demorado un
poco en busca de la coherencia. Imposible escribir sobre el medio ambiente, sobre
los recursos naturales, una mejor calidad de vida, ignorando algunas noticias que a
nuestro correo llegan imperturbables.
Comunicados de hermanos de comunidades aborígenes que luchan por no ser expulsados
de sus tierras de toda la vida, reservas creadas por vecinos voluntariosos amantes
de los animales que son sacados de los espacios conseguidos sin permiso de reubicar
a los bichos en cuestión que se mueren de pequeños, solos y sin comida, abusos de pe
queñas hermanas indígenas y explotación sexual a cambio de alimentos.
Y la pregunta de CUATRO GATOS LOCOS, cómo se hace para vivir en medio de esta reali-
dad fingiendo no verla, hablando solamente de algunos temas, dejando de tocar otros
para poder continuar sobreviviendo. Y la respuesta que no llega, que se demora, por-
que hace mucho se aceptó la responsabilidad de ver y contar la injusticia allí donde
estuviera, pero de repente es tanta y tan cruda que las palabras se atoran, solamen-
te se escupen y cada oración se parece a un ruego, mientras elegimos con cuidado el
camino.