martes, 12 de julio de 2011

OTRAS MIRADAS
LA TRANSICIÓN
Los fundamentos filosóficos

El Arca: proyecto de permacultura cerca de Clones (Monaghan, Irlanda), un maravilloso ejemplo de los principios de permacultura puestos en práctica. Nótese la inteligente ubicación de la laguna que permite reflejar la luz del sol hacia la casa en invierno, climatiza la huerta, proporciona agua y nutrientes para el riego, así como también un refrescamiento pasivo para la casa. La ubicación de la huerta cerca de la puerta trasera hace más fácil el mantenimiento y aprovecha el microclima creado por la casa. Sin diseño de permacultura estos tres elementos –estanque, casa y jardín– se hubieran distribuido al azar, y perdido su interacción beneficiosa.



Uno de los fundamentos principales del concepto de Transición es la permacultura. La permacultura es algo notablemente difícil de explicar en una sola frase. Resiste una definición espontánea que permita formar una imagen mental correcta. En esencia, es un sistema de diseño para crear asentamientos humanos sostenibles. Cuando estemos diseñando la transición que nuestras comunidades tendrán que llevar a cabo inevitablemente, necesitamos un método de diseño con el que podamos ensamblar con éxito sus distintos componentes –sociales, económicos, culturales y técnicos– de la manera más eficiente posible. La permacultura se puede considerar como el “pegamento” del diseño y la fundamentación ética que usamos para apuntalar el trabajo de la Transición, para poder interconectar todos los elementos de un asentamiento después del pico del petróleo. La razón por la que la gente con conocimiento previo de permacultura tiende a comprender el concepto de Transición antes que la mayoría de los demás, es porque se basa en los principios de diseño de la permacultura. He pasado los últimos 10 años de mi vida enseñando permacultura, y sus principios éticos han impregnado mi pensamiento.



Integrar los pollos con la producción de vegetales ha sido el ‘santo grial’ de los permacultores. Aquí en una pequeña huerta permacultural, estos pollos conforman una patrulla para el control de babosas entre las hortalizas, que a su vez están protegidas por aros y mallas de alambre de la voracidad de los guardianes.

La permacultura se concibió originalmente en los años setenta, en tiempos de la primera crisis del petróleo, y como una “agricultura permanente”, tomando distancia de los criterios de cosechas anuales y monocultivos, proponiendo un sistema de muchos niveles, que hace uso de árboles productivos y plantas perennes. Su enfoque en sistemas agrícolas pronto se amplió, al hacerse obvio que la sostenibilidad, en términos de alimentos, no puede darse en forma aislada de los otros elementos que forman la sociedad, la economía, construcción, energía, etc. El término “permacultura” se empezó a entender como la contracción de “cultura permanente”, en el sentido de la creación de una cultura que permanezca en el tiempo. Su obra temprana más completa, el “Manual del diseñador de Permacultura” de Bill Mollison era, en efecto, un manual para la reparación de la Tierra, un trabajo sorprendentemente amplio, ambicioso y enciclopédico, que ofrecía al lector un juego de herramientas para la restauración de la Tierra. Durante los siguientes quince años la permacultura, al menos en el pensamiento de la mayoría de la gente (a pesar de crecer masivamente e inspirar y apuntalar miles de proyectos alrededor del mundo), se convirtió en algo que muchos percibían como una forma rara de jardinería, que usaba neumáticos y plantas poco conocidas.

En el año 2004, David Holmgren, el co-creador del concepto, publicó Permacultura: Principios y caminos más allá de la sostenibilidad, que volvió a poner la permacultura en el mapa como una ciencia de diseño radical, y redefinía sus principios precisamente como los que se necesitarán para apuntalar el mundo después del pico del petróleo.

Cuando me enteré del pico del petróleo, mi primera reacción instintiva fue usar los principios de la permacultura para atinar una respuesta. Me pareció que el movimiento del que era aficionado, estaba todavía demasiado retrasado en su desarrollo en términos de poder ser tomado en cuenta por la conciencia nacional. Consideré que la necesidad de impulsar sus ideas para informar sobre una transformación social a gran escala era tan grande, que necesitábamos empujar las cosas de una manera contundente. Empecé a preguntarme cómo, y entonces encontré un excelente artículo lleno de ideas de Eric Stewart, en el que escribió:

“Me parece que la permacultura acoge dos impulsos virtualmente opuestos: uno implica retirarse de la sociedad; el otro implica trabajar para la transformación de la sociedad. Mientras que se puede presentar el argumento de que retirarse de la sociedad representa una acción que transforma la sociedad, creo que hay un desequilibrio dentro de la manifestación cultural de la permacultura, que ha favorecido el aislamiento sobre la interacción. El cambio cultural que necesitamos depende de aumentar la interacción para realimentar la disponibilidad de los recursos que ofrece la permacultura.”

Esto dio en el clavo. La permacultura es un movimiento que ofrece, según Holmgren redefinió, el sistema de diseño y la fundación filosófica de una sociedad después del pico del petróleo, pero al mismo tiempo, según Stewart, a menudo es culpable de mantenerse a cierta distancia a esa sociedad. El pico del petróleo, para mí, es una llamada a los carpinteros y los hacheros de los bosques, los horticultores y los fruteros de las brumosas calles rurales, los instaladores de molinos de viento a pequeña escala en las montañas ventosas, que traigan todas las maravillosas habilidades que han acumulado, las ideas que han obtenido a través de años de práctica y contemplación, que vuelvan allí adonde las masas están empezando a darse cuenta de que las cosas no son como deberían ser. Es una llamada para aprender nuevas maneras de comunicarnos con la mayoría, con una ética de servicio, para buscar atraer a los demás a una escala sin precedentes.

La propuesta de la Transición es algo en lo que están implícitos, pero no explícitos, los principios de la permacultura. Es un intento de superar el hecho de que la permacultura haya resultado un concepto tan difícil de explicar a una persona en un bar que te pregunta lo que significa, si no tienes a mano un rotafolio, rotuladores y quince minutos para dibujar pollos, estanques e invernaderos. Los principios de la permacultura son entonces la base de esta propuesta, que está diseñada para que sus conceptos los pueda entender la mayoría, presentándolos como fundamentales para cualquier respuesta al descenso energético. Así de alguna manera el concepto de Transición es más fácil de explicar, dejando más tiempo para otras conversaciones. Y si alguien tiene conocimiento previo de permacultura y esto le resulta familiar, es precisamente por eso.

No hay comentarios: