ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR...
Todos los días escuchamos de alguien esa frase. La utilizamos cuando vemos que es necesario cambiar, no solamente gobiernos, funcionarios, empleados que hacen su trabajo a desgano y descargan sus frustraciones en la gente, profesionales que se creen personas superiores y hasta especiales mirando con superioridad a sus atendidos y la lista podría ser tremendamente larga, se trata de nuestro entorno, se trata del ambiente donde y con quienes nos movemos.
Es cierto es imprescindible un cambio, conservar el amor por la naturaleza, los valores que nos hacían más solidarios y más integros, recuperar el amor por la vida en todas sus manifestaciones para entenderla, cuidarla y hasta defenderla si es necesario.
Pero nadie puede hacer ese cambio sino nosotros mismos, todo cambio fuerte y poderoso comienza primero por nosotros y desde nuestro aprendizaje se va extendiendo a los que nos rodean. No hay cambio sin compromiso, sin aceptación de esas verdades que nos negamos a ver o que vemos pero preferimos hacer a un lado. No hay cosa peor que mentirnos a nosotros mismos. Que lo hagan otros, no está bien, pero es entendible, pero que nos engañemos solos no tiene sentido.
Hay que cambiar el elegir siempre la comodidad ante la participación, el silencio cómplice por la palabra comprometida, el hacer siempre lo mismo pretendiendo cambios por cambiar para que no pase siempre lo mismo.
Esta es la base para entender el medio ambiente y su problemática, la necesidad de volver a ser "personas de bien", seres humanos dignos que entienden que merecen algo más de lo que están viviendo., cosas tan bellas y tan simples como un río de agua cristalina que corre, una flor que gratuitamente nos ofrece su perfume, amaneceres que nos recuerdan el inmenso valor de estar vivos.
Poli Echevarría