viernes, 30 de julio de 2010

BOLETÍN ELECTRÓNICO AMBIENTAL Nº 47
Hola toda la gente:

Ya entregamos el Boletín electrónico ambiental Nº 47 de los CUATRO GATOS LOCOS y estamos más locos que otra cosa, pensando lo cerca de alcanzar los 50 números que estamos.
Como veníamos hablando de la salud en relación con el medio ambiente y considerando las olas de frío polar que hicieron estragos en el país y en todo sentido, decidimos escribir sobre el frío y los peligros para la salud.
A continuación editorial del boletín.
Si lo quieren, como decimos siempre, solamente escriban su inquietud a nuestro correo: cuatrogatos_locos@yahoo.com.ar y lo recibirán semanal y gratuitamente.


EDITORIAL

La ciudad está queriendo dormir pero no puede, acostumbrada a un ritmo más lento, descansado, de noches largas puertas adentro, se amolda a esta andanada de visitantes que recorren sus callecitas a toda hora con mirada atenta a todos nuestros verdes convertidos a fuerza de invierno en no menos impactantes tonos de ocres y hasta rojizos. La luna se reflejaba anoche plácida en nuestro río Uruguay y podemos entender que la visita hasta nos envidie un poco, somos tan ricos y poderosos en naturaleza, que de a ratos nos cuesta aceptar que ahora todo esto tan magnífico dependa de nosotros y nuestros cuidados.
Sin embargo, esta misma naturaleza nos muestra por estos días su estación más dura para los que menos tienen. El invierno no es cosa de pobres, leí alguna vez. Las bajas temperaturas potencian la pobreza, la panza vacía se siente más, mucho más con el frío y las finas maderas de las casillas apenas si detienen el viento que se cuela a toda costa por las hendijas. El invierno es enfermedad y muerte para muchos. El frío polar que pasa por distintas zonas del país, hace que la nieve esté donde nunca había estado, armando paisajes incomprensibles y casi imposibles.
La lucha desigual se sostiene, la resistencia de los que ni casilla tienen, amparados por puentes, casas tomadas sin puertas ni ventanas, galerías a la noche, es feroz. Todo sirve para el fuego que sostenido, salva.
Mata la ignorancia entonces, el humo encerrado, o muy cerca que asfixia, el fuego que toma impulso y se agarra de los cartones, las finas maderas que encierran y calcinan.
Dice la voz cargada del locutor, que el frío mata, pero que también mata el monóxido de carbono y que se está haciendo una campaña urgente para informar a la gente, dice también el locutor que son muchas las casillas que se han incendiado terminando con las poquísimas pertenencias de familias, dice, casi en un susurro que han muerto quemados varios niños.
Pareciera que en estos últimos tiempos, la naturaleza, sinónimo indiscutible de vida, se relaciona íntimamente con la muerte. ¿Será para decirnos, será para mostrarnos brutalmente su poder? ¿Será para que entiendan aquellos que no creen sino lo que pueden ver?
¿Será que los tiempos que pensábamos extensos, se van acortando y tenemos que aprender rápido o simplemente morir?
Mata el frío, mata el humo, mata el fuego, matan los químicos que contaminan, mata el capitalismo desesperado por no rendirse…cambian las variables, pero hay una constante que no perdona, que debería enseñar y al parecer no alcanza.


Poli Echevarría

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