miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hola gente bonita:

Seleccioné este escrito para uno de los boletines, me pareció adecuado, para mostrar como van cambiando los parámetros, como tendríamos que ir adecuando nuestra mirada para reacomodar las prioridades desde todo lugar.
Lo complicado de la problemática ambiental es que si bien muchas consecuencias son bien visibles y sufridas, otras se irán viendo a lo largo del tiempo. La guerra invisible es un nombre casi ideal para definirla. Aunque muchos no puedan verlo, ni sentirlo, estamos en guerra, una guerra feróz y sería bueno que nos pusiéramos a tono con el tiempo que nos toca vivir, porque esta guerra no se gana por cantidad de armamento o por la mayor destrucción que ellos provoquen, sino, por todo lo contrario, se gana con humanidad, con paz, con espiritualidad, con acercamiento a la esencia de lo que somos y a la tierra.
Sé que lo podemos lograr, no soy una estúpida optimista, soy apenas una mujer de fe.
Abrazos.
Poli

LA GUERRA INVISIBLE
Alejandro R. Martínez

La guerra, a no dudarlo es sinónimo de barbarie y de brutalidad, como dijo Oscar Wilde, que un hombre muera por una causa, no significa nada, en cuanto al valor de esa causa. Es mejor la paz más criticable que la más alabada de las guerras: La diferencia entre un estado y otro es notoria. Heródoto, por ejemplo, decía que en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan

Al margen de lo anterior es a los hijos a la tumba.
importante decir que hay una guerra invisible cuyos resultados están produciendo más muertos, destrucción y sufrimiento que el bramido de los fusiles o el ruido ensordecedor de los atentados criminales: se trata del desmejoramiento sostenido del medio ambiente.

Los líderes del mundo están tardando demasiado en comprender que el enemigo, el verdadero contrincante no es un ejército contrario o un grupo terrorista sino el desgaste del suelo, la desertificación, la pérdida de fuentes de agua, el calentamiento global, la ruptura de la capa de ozono y la pérdida de la biodiversidad.

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