OPINIONES...
Lo mejor de escribir, es esto, recibir opiniones, que pueden o no coincidir con las nuestras, porque creemos que esa es una de las formas de crecer. Alguna vez leí por ahí que si yo te doy una manzana y vos me das una manzana, nos vamos con una manzana cada uno, pero si yo te doy una idea y vos me das otra idea, nos vamos los dos con dos ideas cada uno.
En eso creo.
Este correo lo mandó Enrique desde la República Oriental del Uruguay, en respuesta al Boletín del miércoles de la semana pasada y el tema desarrollado acerca de "La necesidad de decir NO a tiempo" entre otros NO.
Gracias, de corazón, por los pensamientos y el tiempo dedicado a escribirlos para enviarlo.
Abrazo.
Poli
por LOS CUATRO GATOS LOCOS
Amorosa, claro que el problema es que todavía no aprendimos a decir no de la manera y con la fuerza que hay que decirlo. Pero NO estoy de acuerdo en que ese problema se pueda reducir a una debilidad psicológica.
Por ejemplo en Africa, por qué tantos pueblos no le dicen NO a sus gobiernos que los traicionan, que los hambrean, fusilan, permiten la invasión directa de militares extranjeros para el saqueo de sus riquezas, por qué son tan absolutamente incapaces de decirle NO a cualquiera de esos ataques?
¿No es porque desconfían de ellos mismos, porque no se sienten pueblo, porque no sienten que el nombre de sus países sea el nombre de ellos mismos, pero sus tribus tampoco los identifica? ¿No es porque cuando caminan por una calle y se ven con sus vecinos, no saben si su vecino es amigo o enemigo? ¿No es porque con tal de tener una nación, ALGO que te junte con los otros y que no sea ni tus padres ni tus hijos, es necesario dejarlo todo, permitir que un ejército extranjero destruya todo inclusive, porque igual no había nada para rescatar? porque con familia pero sin nación no hay nada, sin identidad colectiva no hay nada de nada?
¿No será eso lo que nos están cobrando las trasnacionales? que sabemos gritar Argentina o Uruguay en un estadio de fútbol, pero a la hora de la verdad solamente sabemos decir "No me toques a mi hijo o a mi mamá?"
¿Y quién es el que se acerca a tener nación? ¿el que hace un corte de ruta, o el que ocupa una fábrica?
No tiene por qué ser necesariamente el que corta una ruta o toma una fábrica, pero sí el que logra que las trasnacionales se vean frenadas en alguna medida. Sea por un corte de ruta, o sea por otra cosa.
¿Acá nos pasó lo mismo que en Africa? ¿Vinieron los Stora Enso y los Botnia, pusieron su bandera y todo salió como ellos querían, o tuvieron algunos problemas? Tuvieron algunos problemas. En la misma medida que logramos que tuvieran esos problemas, es que tenemos nación, y no la tenemos más allá de esa medida. Como se ve, es una medida bastante escasa, pero al menos no es una nulidad absoluta, como en Africa.
Tampoco sabemos si esa nación es Argentina, o Uruguay, u otra, ni si llamarle nación o identidad colectiva. Tampoco es fácil pensar acerca de esto, aunque sea verdad, entre otras cosas, porque duele pensarlo. Sobre todo duele porque a todos nos quedó en la sangre metido que porque hubo una época Batlle en Uruguay y una época Perón en Argentina, ya estaba demostrado que acá había naciones y nada iba a lograr poner eso en duda. Mire usted, si estos países hasta salieron campeones mundiales de fútbol. Solamente nos esperaban mil años de vida por delante, como a Francia o a Alemania, indiscutiblemente, pfff.
Ahora Stora Enso analiza la posibilidad de instalarse en Fray Bentos, donde no quiso Ence. Las piezas en el tablero de ajedrez se entreveran, como pasa en un buen partido de ajedrez, mientras el corte de ruta principal "Arroyo Verde", toma visos por momentos de seriedad, y por momentos de que le tomaran el pelo.
Algo en el ecosistema no cambió tran gravemente desde que se instaló Botnia. Cuando las trasnacionales se instalan en Africa, mueren "negros" a montones, a manos de ejércitos internos y enemigos externos, pero no parece que nosotros estuviéramos muriendo. Si aparece una estadística de aumento de cáncer en Gualeguaychú, Arroyo Verde no se inmuta mucho por eso, y prefiere hablar sobre dejar pasar jugadores de fútbol. Tal vez porque, después de todo, no nos va tan mal como a los africanos, y eso ya es algo, quien lo va a dudar.
Tal vez, también se puede suponer, si no hubiese habido luchas ambientalistas, el daño que hubiese causado Botnia habría sido mayor, con menos controles ambientales, y que la permanencia de esta lucha, entonces, nos va a dejar seguir viviendo aunque Botnia no se vaya. Después de todo, como dijo el murguero de Agarrate Catalina la semana pasada, el corte de ruta de Arroyo Verde es un guardia con un puestito de seguridad, y el resto de la gente que siga haciendo su vida de siempre, o no dijo eso?
Mis compañeros de radio en este momento no hablan mucho sobre Arroyo Verde. A duras penas, una compañera ayer viernes, se acordó de que ese conflicto existía y se puso a averiguar algunas cosas. La mayor parte de nuestras conversaciones, versan sobre conflictos que sin ser necesariamente históricos, muestran gente con la sangre al rojo vivo y calientes. A veces sobre conflictos locales, como los que hay ahora en el departamento de Canelones y Montevideo, y otras veces sobre lugares muy distantes, pero a condición de que se note que la gente de esos lugares, de verdad está movilizada, no puesteando con guardias de ninguna clase.
Hasta podría preguntarme para qué me ocupo yo mismo de escribir todo esto, ya que no me da el tiempo de escribir acerca de todos los sitios, ¿para qué preferir recordar Arroyo Verde si puedo acordarme de los otros sitios?
La razón es simple: en esos otros sitios, cercanos y lejanos, de sangre caliente, lo que hagan Botnia y Stora Enso, va a influir, porque son empresas grandes. Si Arroyo Verde ya no les hace resistencia, entonces, la lucha en estos otros lugares, aunque sea contra otras empresas, va a ser más difícil. Estas empresas, forman un frente único contra la gente, contra el pueblo sin banderas, y el triunfo de una de esas empresas es el triunfo parcial de todo su frente, es el aumento del miedo en la gente y la sensación de que no somos nación.
En otras palabras, puede que esta vez ninguno de Arroyo Verde se interese por esto que estoy escribiendo, pero no cambia que alguien lo va a leer, porque así nos está sucediendo a todos los de la radio, porque el que está en el ojo de un huracán, tal vez no sea captado por una parte del huracán, pero nadie duda de que alguien lo va a captar, porque está en el sitio en que no puede dejar de ser escuchado.
No tengo tiempo de resumir todo lo que dije, ni quiero. Se que resumirlo facilitaría que algunos más lo lean, pero no nos hace falta ningún éxito periodístico, nos hace falta que en el día de mañana, y pasado, y todos los otros en que sin duda nos van a seguir llegando noticias de conflictos territoriales (alguien duda de que nos van a llegar más conflictos?) lo que es dicho por nosotros los de esta radio (en el presente toca que hablen unos colectivos y en el futuro van a tocar otros), le haya hecho mella al problema que nos atacó, y fortalecido la confianza y valores éticos de los que deben seguir viviendo. Misiles nucleares que erran al blanco hacen menos efecto que hormiguitas que disimuladamente pican en el lugar certero cuando nadie las espera. En esta tarea alcanzamos el éxito verdadero cuando logramos convertirnos en una de esas hormiguitas, es todo un desafío.
Tan difícil que, quien sabe si no es un arte, pero para sentirse satisfecho aunque uno no sea un artista, alcanza con saber que nadie logra convertirse en una hormiguita así por el camino de hacer bulla, solamente lo logra por el de enrojecer la sangre, calentándola.
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