miércoles, 22 de julio de 2009



GRIPE PORCINA: INFLUENZA A, H1 N1.


OTRA MIRADA



Juan Yahdjian, julio 2009.



“AL PERRO FLACO NO LE FALTAN PULGAS”, de la sabiduría popular.



En la nota sobre la “Epidemia de Dengue”(ver en www.movisocialmisio nes.com.ar) , habíamos definido y acordado, que la enfermedad es consecuencia del desequilibrio. En nuestro subtítulo, la presencia de las muchas pulgas esta dado por la falta de alimentación del perro, por la falta de defensas, por estar inmunodeprimido. Las pulgas no son las culpables, si las combato y las elimino, el perro flaco será atacado por otros parásitos, por otras enfermedades.



Para curar al perro lo debo alimentar, cuidar el medio en que vive, darle afecto, acompañarlo, y así eliminar la causa de su padecimiento.



La enfermedad es un aviso, un mensaje de alerta, una demostración de que estamos haciendo mal las cosas, que estamos provocando un desequilibrio. Es además, una oportunidad de cambio, de analizar qué estamos haciendo y mejorarlo. Nos dice que los seres vivos tenemos bajas las defensas, que las debemos aumentar, que debemos armonizar y equilibrar.



CUÁLES DESEQUILIBRIOS?



El actual modelo productivo (ver en el mismo sitio) como causa principal de enfermedad:

La producción de soja transgénica, en su mayoría destinada a la alimentación de porcinos, que además de la posibilidad de intercambio de genes, contiene venenos, como el glifosato, con dosis en aumento, por la resistencia que producen: los venenos bajan las defensas de todos los seres vivos.
Cambios genéticos en virus, que aumentan su virulencia (observemos que virus y virulencia tienen similar raíz). El virus actual sería una combinación de la variedad aviar-porcina y humana.
La misma gripe baja aún las defensas y surgen complicaciones, que agravan el cuadro. Los casos fatales tienen defensas deprimidas, por distintas causas.
Monocultivos que atentan contra la biodiversidad, la salud de los suelos, el aire y el agua, reemplazando los bosques y otras producciones. Reemplazando a los agricultores, quienes cultivan nuestros alimentos.
“La naturaleza no es muda”, dice Eduardo Galeano, y “los derechos humanos la abarcan”. La enfermedad, ¿es una forma de quejarse?
El uso de agrotóxicos, las fumigaciones con venenos, lo podemos analizar como un doble fracaso científico-técnico. Por un lado porque no aceptamos que la naturaleza es sabia, que hace lo que conviene al conjunto de los seres vivos. En el caso de los monocultivos, la naturaleza nos envía plagas, para reconvertirlos en tierra y que todo vuelva a empezar. Nosotros en vez de agradecer, fumigamos.
Y segundo porque los venenos terminan todos en nosotros y nos autoagredemos. La especies exóticas degradan la naturaleza, el suelo, el ambiente, como es el caso de los pinos y eucaliptos, que secan napas y ríos subterráneos. El monocultivo es todo lo contrario a lo natural, es una imposición que provoca reacción.

No debemos tomar como casualidad que la gripe A se instala en Estados Unidos, México y Argentina, tres grandes líderes de la producción de soja en el mundo.

El “robo del agua” (agua virtual). Es el agua que necesita un producto, listo para exportar. Que se incluye en los llamados commodities. En nuestro caso, la exportación de soja (una tonelada que se exporta, se lleva mil toneladas de agua. Hay que sumarle la pasta de papel, la carne, un Kg por 500 Kg de agua, etc.) El agua que no vuelve, formando parte del saqueo.
Los megaproyectos, como las represas e hidrovías, que matan los ríos y la vida de sus cuencas.
La pobreza, la desigualdad de oportunidades, la desocupación, la desnutrición y otras injusticias sociales, que desequilibran a todos.
Si “el hambre es un crimen”, usar como combustibles (agrocombustibles) , cultivos que pueden destinarse a la alimentación, sería un doble crimen.
Se habla de superávit y sin embargo la pobreza se acentúa y el IVA no baja, y toda crisis se carga a las espaldas de los más pobres y marginados.
La inseguridad, consecuencias de estos factores y que nos suma en panoramas de impunidad e injusticias.
La alarmante pérdida de producción de alimentos sanos. Reemplazados por alimentos elaborados, industrializados, muchas veces sin control adecuado.
El alarmante aumento de la producción de venenos en el mundo. Terminando todos en nuestros cuerpos (“consumidor final”, ver en el sitio antes mencionado), deteriorando su funcionamiento y bajando sus defensas.
El consumismo expoliador de los bienes comunes. Que explota la naturaleza y la transforma en lucro, que desmonta y contamina. Produce cambios climáticos y calentamientos globales.
Agredemos a la naturaleza porque no nos sentimos parte. No sentimos que nos estamos agrediendo a nosotros mismos.


“DIOS PERDONA Y LA NATURALEZA NO?” PERO AVISA, NO ES MUDA…



El desequilibrio que provoca la crisis de valores, de credibilidad, de ética etc.
Si todos los años, el promedio de muertes por gripe suman de dos a cuatro mil, en la Argentina y hasta ahora, consecuencia de la gripe A, llevamos unos ochenta, porqué tanta prensa, tanto movimientos, tantos cambios y otras yerbas? O no nos enteramos que las elecciones pasaron?


Hay también otras causas y elementos que bajan nuestras defensas, que deterioran la calidad de toda la vida del Planeta. Entre todos las debemos descubrir y evitar.











CUÁLES PROPUESTAS?



Si no queremos desequilibrios, epidemias y pandemias, debemos involucrarnos en los cambios del modelo productivo actual, que favorece a unos pocos y nos enferma a todos por igual. Aunque el hilo se rompe en su porción más fina o el “perro flaco” tenga más pulgas que el bien alimentado. Los pobres, los inmunodeficientes, los discriminados, los perros flacos, de nuestra sociedad.
Seguir el ejemplo de los “Antiguos Pobladores”, quiénes siempre se sintieron naturaleza y se armonizaron como tal, espiritual y físicamente.
Si pertenecemos a la naturaleza, si somos, si recuperamos nuestra identidad, la respetaremos y no lucraremos con ella ni la destruiremos.
Pensar en el futuro, haciendo sustentable nuestra vida y la del Planeta.
Producir alimentos sanos. Consumir frutas y verduras de estación, pensando en incorporar vitaminas a nuestros cuerpos.
No dejarnos “robar el agua” y sanear sus fuentes y ciclos.
Una agricultura con agricultores, frenando la expulsión de los pequeños productores y su reemplazo por pinos o soja.
Prohibir la producción de venenos, llamados agrotóxicos u otros.
Las vacunas no solucionan. Evitan una enfermedad, pero nuestras defensas siguen bajas y no podremos vacunarnos de todo virus, bacteria o parásito. La fiebre amarilla tiene vacuna, pero pronto viene el dengue, que no tiene y la gripe porcina, que tampoco. El deterioro es rápido, igual que las nuevas epidemias.
Antes decíamos, mejor prevenir que curar, ahora debemos decir, mejor preservar que prevenir. Si respetamos la vida, si estamos bien, no nos enfermamos.
“No tenga miedo, tenga cuidado”, Julio Monsalvo.
Tendríamos que revisar, al menos, nuestra dieta. Porque la proteína animal, carnes, lacteos etc., cuestan mucho conseguirlos y se ocupa mucho territorio y alimentos, para la cría animal. Tenemos presente el ejemplo de la soja en nuestros campos, la mayoría destinada a alimentar cerdos de otros países.
Necesitamos una democracia verdadera, y como dice Leonardo Boff, “tiene que ser también una biocracia y cosmocracia, en una palabra, democracia ecológico-social que asume la preservación de la Tierra, icluyéndola en el pacto social”.
Necesitamos erradicar la pobreza, salud y educación para TODOS.




Juan Yahdjian es médico, miembro del www.movisocialmisio nes.com.ar , del Espacio Ecuménico y del Foro de Pensamiento y Construcción Social. c. e.: juancitochachan@ gmail.com

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