miércoles, 20 de enero de 2010

ARTÍCULO PUBLICADO EN EL BOLETÍN Nº 30
Los inconvenientes de tomar la pastilla roja

Vamos a jugar, como dicen los gurises, a que vivir en este país y en este tiempo es el argumento de una película y que en ese argumento, copiando un poco a Matrix, los que quisieran ver la realidad como es, tendrían que tomar esta famosa pastilla roja. Al tomarla no podrían evitar ver la problemática ambiental y todo lo que ella implica, lo que significaría poder ver además de la problemática personal, familiar, laboral, económica y social (para no continuar sumando) esta problemática que no es sencilla ni mucho menos, que comprende todo lo anterior y bastante más, en la que se juega nada más y nada menos que LA VIDA.
Convengamos que no es algo que todos podamos soportar. Si a esto le agregamos que los recursos naturales, que son el centro de esta problemática, nos son comunes a todos, y que por lo tanto nadie podría disponer de ellos como si les pertenecieran (gobiernos incluidos), pero que no sólo lo hacen sino que además para países como el nuestro con deudas y con muy pocos recursos (por ni decir ningún otro), los naturales son tomados como bienes con los que comercializar y si además tenemos que entender (no aceptar) que nuestros gobernantes continúan prefiriendo el desarrollo del capital en detrimento de la vida, nuestro estado mental está en riesgo.
Por eso, según los entendidos en la psiquis nuestra y del prójimo, la gran mayoría de las personas prefiere no tomar la pastilla roja y entonces ver de la realidad lo que quiere o lo que puede según su razonamiento se lo permita. Por eso también parece que aunque todos vivimos en el mismo país, Argentina, e incluso en el mismo planeta, no todos vemos lo mismo e incluso la gran mayoría continúa adelante como si muchas cosas no le pasaran y en el último de los casos incorporándolas con indiferencia a su hacer cotidiano. En otras palabras, para muchas, pero muchas personas, aceptar todo esto los volvería literalmente locos, con las consecuencias que ello acarrearía. Eleven esta posibilidad a nivel social y tendrán un panorama bastante cercano de lo que pasa. Acuérdense que estamos jugando, digo, por las dudas.
Ya estaríamos locos y ni siquiera hemos tocado el tema del efecto invernadero, el calentamiento global y que si no hacemos algo al respecto, todos y cada uno de nosotros, estamos fritos sin necesidad de ningún aceite. Ahora, imagínense a todos los argentinos incorporando todo esto de golpe (que sería lo mejor que nos podría pasar), ¿lo pueden imaginar?¿pueden imaginarse cuanto tiempo le puede llevar a cada persona modificar en su cabeza parámetros inculcados y respetados por años? Es difícil tener tanta imaginación. Sin embargo, el ser humano es algo inexplicable y tiene sus propios mecanismos, reprimir los sentimientos que produce esta realidad que de a ratos parece una “irrealidad” hace que haya reacciones desmedidas, que la violencia se presente con facilidad y que los comportamientos sean inusuales. “La gente está muy loca” se dice muy seguido. Y sí, está muy loca.
Ahora y por último, imagínese que si está muy loca sin tomar la pastilla roja, como podría llegar a estar, si la tomara.

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