Periodismo ambiental. Espacio de información, intercambio y aportes de temas relacionados con el ambiente, los recursos naturales,el desarrollo sustentable y todo lo que con ellos se relaciona (Política, Legislación, educación, arte, salud,etc)
lunes, 4 de enero de 2010
LOS REYES MAGOS
Cuando era chica, los 5 de enero, íbamos con mi abuelo a un terreno baldío cercano, "el campito" como le llamábamos los gurises del barrio a la hora de nombrar nuestro lugar de juegos, a juntar pasto, que tenía que ser tierno y muy bien seleccionado para los camellos hambrientos, para después, antes de irme a dormir, colocarlo bien acomodado al lado de la puerta de entrada junto a un recipiente con agua bien fresca y mis zapatos. El ritual lo concretaba mi abuelo, fantástico gestor de sueños. Naturalmente a la mañana siguiente, el mismo 6 de enero, me acompañaba hasta el lugar donde quedaban apenas unos pocos pastitos que además se iban perdiendo por la vereda dando la idea de que los camellos se iban comiendo apurados por los Reyes para terminar el reparto de juguetes a tiempo. El agua por supuesto brillaba por su ausencia y los costados del recipiente así como el piso mostraban la sed de los pobres animales. Mi cartita desaparecida, a veces solamente restos del sobre y el o los regalos que raramente satisfacían todos mis deseos, lo que de ninguna manera opacaba la magia del momento.
Siendo más grande, colaboré con gusto para que mis primos tuvieran momentos parecidos, y lo hice durante muchos años para compañeros de vida y amigos (varones y mujeres) convencida que unos Reyes Magos, no le hacen mal a nadie. También por esa magia que se genera, de adulta, tuve mis Reyes Magos lo que me aportó un vientito fresco al espíritu.
Hay diversas opiniones, como para casi todo, respecto al tema. Algunos dicen que se perdió la esencia de la fecha y pueden tener razón; que se convirtió en una fecha comercial, y también puede ser, pero basta mirar la cara de los niños para saber que ellos los siguen esperando... y para ser honestos, alguno de nosotros, también.
Podr´n decir que estamos grandes ya para los Reyes Magos, pero opino que las personas que dicen esas cosas, han perdido lamentablemente ese espíritu de niños que tendríamos que conservar y cuidar como oro, porque eso nos hace portadores de sueños, nos aporta la fe, nos devuelve aunque sea un poco de la ingenuidad que necesitamos para transcurrir sorprendidos, lo hermoso de vivir.
Pero, y esto es para los intelectuales, incrédulos, además, existen estudios de sociología que demuestran que entre otros factores, los países con mayor crecimiento, coinciden en ser además los países que más sostienen los rituales existentes tras estas fechas, porque convengamos, si uno es generoso y agradecido, debería saber que pasto y agua no se le niega a ningún camello y las cartas a los Reyes dan una idea clara de los sueños de los niños y de los no tan niños de un lugar. Lo que es casi, casi como recuperar la esperanza en un mundo mejor.
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